martes, julio 04, 2006

BENAYAS, la rama mozarabe de Toledo, hace 1000 años


En la actualidad una parte de la familia Benayas reside en el pueblo denominado La torre de Esteban Hambran ubicado a 15 km de Noves, el pueblo en el que otras referencias sitúan la cuna de los Benayas.

Pero hay otra conexión curiosa entre los Benayas y el municipio de la Torre de Esteban Hambran. Y es que el que se supone su fundador, Esteban Hambran, o mejor dicho el mozarabe Stephanus aben Ymram, tiene una conexión directa -muy probablemente era amigo- del tambien mozárabe Sancho Benayas. Pero, para probarlo, debemos viajar en el tiempo hasta el año 1150, hace practicamente 860 años.

Probar una antigua conexión entre los dos mozarabes ilustres, Hambran y Benayas, requiere, obviamente, testimonios que la demuestren, testimonios escritos, por supuesto. Y eso es algo que solo es posible si ambos participaron en actos o ejercieron funciones que implicaran un registro público. Por ventura, así es: ambos, un ascendiente de los Benayas y otro de Hambran, ejercieron labores de escribanos o alguaciles o notarios, es decir, la de testigos de acontecimientos relevantes.

Ya hemos visto en otro apartado referido al Quijote que el doctor Salazar de Mendoza, en su libro del Origen de las Dignidades de Castilla, hace mención de la familia de los Benayas de Toledo (lib. II, cap. IX), añadiendo que existía un tal Sancho Benhaya, que, con otros toledanos, sirvió de testigo en un privilegio despechado en Madrid por el Rey Don Alfonso VIII en año 1193 a favor de diferentes vecinos de Jumella.

Si, según esta cita de El Quijote, un Benayas participó como testigo en un privilegio como el descrito, conectado con la familia real, es facil imaginar que tambien lo fue en otros.

Y así es. Ese testimonio, esa otra conexión, se muestra en el trabajo de Balbina Martinez Caviró[1] dedicado a estudiar el linaje de la familia toledana de Esteban Illan[2], “que dejó huella en el arte toledano y empezó a tener entidad histórica indiscutible a partir del segundo tercio del siglo XII”.

Es en ese trabajo donde se muestran testificaciones y documentos en los que aparece la vinculación entre los Illan, Sancho Benayas y el mozarabe Stephanus aben Ymram, es decir, Esteban Ambran, fundador se supone de la villa "La Torre de Esteban Hambran" en donde siguen viviendo una rama actual de los Benayas.

Como "zahalmedina" Illan Petrez debió presenciar la entrada del rey Alfonso VII en Toledo en 1139[3]. Esto demuestra que, a pesar de su condición de mozárabe, como lo eran Sancho Benayas y Esteban Ambran, ocupaba una situación destacada y de favor dentro de la sociedad toledana del segundo tercio del siglo XII.

Fruto de esa relevancia, Illan Petrez participa como testigo, en 1138, en la separación de bienes del patrimonio toledano entre la mensa capitularis y la mensa episcopalis, o sea entre los canónigos y el arzobispo, con el propósito de evitar litigios entre ambas instituciones. Para mayor detalle ver el contexto histórico de la época.

En esa sentencia se establece además el número máximo de canónigos, veinticuatro mayores y seis menores. Otros testigos de esos acontecimientos son dos conocidos toledanos del momento, el franco Petrus de Tolosa y el mozárabe Stephanus ab Lampader.

El obispo de Toledo, Don Raimundo de Sauverat, de origen frances, se beneficia, en aquellos años, de varias donaciones del rey.

En una de ellas -1149-, le autoriza a construir una casa con un molino de dos ruedas, junto a la puerta de Adabakim. Por otra -1151 -recibe la mitad del molino de Bab al-Portel.

En esas operaciones confirman, junto al alguacil Illán Pétriz, el aguacil Julianus de Capella, Melendus b. Lampader, zafalmedina, Sancho Benayas y "Stephanus aben Ymram" -Esteban Ambran-, conocidos toledanos.

Julián Pédriz, juntamente con su hijo Domingo Illán, junto a Sancho Benayas y Esteban Ambran, testifican, asimismo, en el acuerdo por el que el arzobispo don Raimundo, en 1150, recibe de P. Pérez la heredad de Borgelavager. Ese mismo año muere el arzobispo don Raimundo de Sauvetat.

En aquellos años posteriores a la reconquista de Toledo las disposiciones más abundantes son las que se refieren a la política de repoblación y a la cesión de terrenos y privilegios a los nobles destacados en la lucha con los sarracenos. En algunas de ellas vuelven a aparecer, conjuntamente, los nombres de Ambran y Benayas

1. El alguacil Julianus de Capella y el zabalmedina "Stephanus Abendran" -Ambran- y Santius Benayas entre otros, juntamente con el alguacil Julianus Pétriz, confirman la concesión que Alfonso VII y doña Rica hacen a los hombres de Illescas y a sus descendientes de las heredades de la villa de Casarrubios del Monte, Torrejón de Illescas y otras. “Conforme a su deseo, el alcaide, jueces y alcaldes serían gascones, -franceses de la Gascuña- como los repobladores de esta villa -1154-“

2. Otra repoblación, la de Aloyon -1155- (36), aparece confirmada por el "aluazil Julianus Petriz", Santius Benayas y Stefanus Abenbran, zafalmedina, entre otros. Análogos confirmantes tienen las donaciones de Salvanés -a la iglesia de San Ginés- y de Zorita, ésta a los mozárabes que habían venido de Calatayud y de otras zonas de Aragón, en 1156 (37).
El trabajo de Balbina Martinez que nos ha servido de ilustración culmina con la descripción de las últimas disposiciones de Illan Perez a punto de morir.

“En septiembre de 1163, Illán Pérez de San Román, enfermo pero con todas sus facultades, da a los canónigos de Santa María, "fratribus meis", una viña que poseía en Alcardete, cuyas rentas dispone que se destinen al refectorio de los canónigos, al alimento de los pobres y al rezo de oraciones por su alma. Entre los testigos figuran dos de sus hijos, "Domingo Sancti Romani" y Esteban Illán”.

Es el testamento de un “hombre de bien” de la época. Con un detalle singular que podemos imaginar es común a cualquier otro documento en el que participan Santius Benayas y Stefanus Abenbran u otros muchos mozárabes de esa época: a pesar de que han transcurrido 80 años desde la conquista de Toledo...
... la firma de uno de sus hijos testigos, la de Esteban Illan, está escrita en árabe.
Jose Ignacio Muro Benayas
2 de julio de 2006




[1] Ver “Una familia que dejó huella en el arte toledano: El linaje de Esteban Illan, de Illan Petrez a Gonzalo Petrez Gudiel” Un trabajo de Balbina Martinez Caviró en el Instituto de Valencia de Don Juan.
[2] Los Illán ocuparon a lo largo de generaciones puestos destacados de carácter civil y religioso en el Toledo bajomedieval, y su amplísima descendencia, en unos casos ilustre y en otras decadente, va emparentando con otras familias mozárabes, como las de los Lampader, los Gudiel y los Cervatos, y posteriormente con nuevos linajes afincados en la ciudad. Entre ellos el de los López de Ayala y el de los Silva.
[3] Con ese nombre lo cita Salazar de Mendoza cuando relata la entrada de Alfonso VII